LA IMPORTANCIA DE LA CULTURA DEL TRABAJO

Nuestro país se encuentra hoy en un importante debate referido a la necesidad urgente de dar paso a la transformación de la ayuda social en trabajo genuino , de la asistencia, al trabajo seguro, registrado, con derechos sociales y a la salud.

Encontrar la fórmula para multiplicar trabajos calificados, con capacitación, y mejor remunerados es quizás el principal desafío que enfrenta nuestro país en su futuro inmediato; porque el trabajo decente devuelve la esperanza y renueva la fe en desplegar un proyecto de vida para las personas y sus familias.

Según datos del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina , la crisis económica-sanitaria generó pérdidas de empleo, disminución del nivel de actividad laboral y una mayor desocupación, que alcanzó al 14 % de la población económicamente activa. Esto da solo una idea de la magnitud del problema en Argentina y la necesidad de encontrar soluciones de manera urgente.  Es claro que en la Argentina necesitamos  reflexionar sobre  cómo crear  más trabajo,  más empresas, nuevas inversiones, desarrollo de tecnología y fundamentalmente cómo brindamos más y mejores herramientas a los jóvenes para potenciar sus capacidades y habilidades a través de la educación, la capacitación y formación profesionalizada, en pos de que obtengan más y mejores oportunidades laborales  , las cuales redundan y repercuten directamente en más y mejores oportunidades de vida y bienestar familiar . La  “cultura del trabajo” junto a la educación general, técnica y superior es el mayor capital social de un país que apuesta al desarrollo productivo y a una mejor calidad de vida de sus ciudadanos. El trabajo es mucho más que un medio de vida , es un modo de vivir .

La cultura del trabajo consolida una identidad de rol estable capaz de edificar un proyecto de vida a largo plazo. Por eso ante su ausencia o por efecto de un desempleo forzoso, la identidad se resiente y aumentan las carencias. La identidad es lo que uno mismo siente que es , y se relaciona con su  ser y SU HACER. El hacer de una persona determina gran parte de su ser , le da una identidad , un rol y un papel en la vida , tanto dentro de su familia como en toda la comunidad .

La familia es y será siempre el espacio natural para el aprendizaje. Es en el seno familiar donde aprendemos los primeros conceptos y donde  se construye la cultura del trabajo, entendida como la forma de pensar, hacer y transmitir valores, tradiciones y pautas que refuerzan la solidaridad y la cohesión social. Por ello , más allá de indispensable educación y formación de los niños  , y las posteriores capacitaciones profesionales de jóvenes y adultos, se debe volver a las bases  , al seno del la propia familia  y ejercer una acción de concientización sobre los valores de la familia de trabajo .

El trabajo nos une y nos involucra dentro de una familia . Pero con ese concepto, no solo nos referimos a los lazos de sangre o al parentesco . El trabajo implica pertenencia  , implica ser parte de algo ,de un grupo  , una empresa , una institución …en definitiva , de una familia .  Por ello , en pos del bienestar de nuestro grupo de pertenencia  , el trabajo implica compromiso, responsabilidad y solidaridad .

Debemos entonces hacer especial incapié  en fortalecer en nuestra comunidad los valores y los conceptos fundamentales de la cultura del trabajo , y esa responsabilidad debe ser asumida y abordada en políticas de concientización y aprendizaje que provengan de acciones en conjunto entre todos los sectores productivos y el ámbito público