EMPRESAS FAMILIARES
¿Cómo viene el año para las empresas familiares?
Compartimos un extracto de una nota escrita por Cr. Pablo Loyola para IADEF.
¿2021? Es imposible adivinar el futuro. Lo que sí podemos hacer es repasar los aprendizajes que nos queda de este atípico 2020 y, jugando con el diario del lunes, quizás mejorar alguna performance para el día a día de nuestra empresa familiar.
Salir de la zona de confort. Animarse a repensar la actividad que cada uno desarrolla, buscando esa nueva normalidad que tendremos de ahora en más. No tanto por la continuidad del covid-19 sino por haber conocido otras formas de ofrecer nuestros productos y servicios que antes no nos hubiéramos animado a probar. Y que, incluso, hacen que nuestra actividad sea más rentable y eficiente. Muchas veces las empresas familiares son víctimas de sus propias tradiciones y esto obstaculiza su crecimiento, sobre todo en entornos inciertos y volátiles.
No esperar. MI tarea principal durante la pandemia para ayudar a mis clientes fue la de despertarlos. Mostrarles que esto no era una pesadilla pasajera sino una situación excepcional por donde se la mirara y que obligaba a reacciones igualmente excepcionales. No se podía estar quietos, esperando a que terminara. Ponerlos (y ponerme) en movimiento fue el gran desafío del 2020 y lo seguirá siendo en el 2021.
Estar atentos al mercado y a la empresa. Es bueno tener siempre un ojo hacia lo que está pasando con nuestros productos y/o servicios, mientras que el otro está atento a todas las cuestiones internas importantes. Para lograrlo, es necesario contar con una serie de parámetros que vayan indicando posibles desviaciones a los objetivos que se vayan fijando.
Trabajar en la profesionalización. Implementar (o continuar si ya han comenzado) con el desarrollo de los órganos de gobierno, tanto en la empresa como en la familia. Órganos fuertes aseguran una base firme que sostendrá en momentos de dificultad, que por otro lado seguramente habrá.
Prepararse para la continuidad. ¿Quién tomará la posta? Si, aunque aún falte mucho ya es tiempo de ir pensando. Desarrollar de manera temprana la creatividad y el espíritu emprendedor de las nuevas generaciones es siempre un buen objetivo.