La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y las instituciones que la componen acompañan el pedido del ejecutivo para que se efectúe la baja de las tasas de interés de las tarjetas de crédito. “Si al consumidor le quitan esa presión tendrá más capacidad de compra”, señaló el presidente de CAME, Gerardo Díaz Beltrán.
La financiación a través de tarjetas de crédito bancarias es el instrumento de deuda más utilizado por los adultos argentinos. Se estima que el 31,8% tiene al menos una asistencia de este tipo.
Actualmente, los bancos tienen destinado un stock de $552.000 millones en este tipo de préstamos y ofrecen una tasa efectiva promedio de 129% para la financiación con tarjeta de crédito.Junto a las tasas que los bancos les cobran a los usuarios están las comisiones de pagos con tarjetas, de mantenimientos de cuentas y movimientos financieros que los comercios abonan habitualmente. “Los montos que les transferimos a los bancos nos quitan liquidez y capital de trabajo. Algo similar sucede con el porcentaje que le cobran al consumidor por financiarse con la tarjeta de crédito”, destacó Díaz Beltrán.
En definitiva, las retribuciones por uso de tarjetas forman parte de la cadena de costos que afecta la capacidad de compra de los consumidores y la rentabilidad de las empresas argentinas, imprescindibles para la reactivación del mercado interno.